El expresidente y actual candidato Donald Trump ha anunciado que Estados Unidos impondrá un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, incluyendo productos provenientes de Canadá y México.
Esta medida, que busca proteger la industria siderúrgica estadounidense, también abre la puerta a represalias comerciales de otros países, aumentando la incertidumbre económica global. Además, Trump ha señalado que aplicará aranceles recíprocos, afirmando que si un país cobra impuestos a los productos estadounidenses, EE.UU. hará lo mismo. Esto refuerza su visión de una política comercial más agresiva, centrada en reducir el déficit y fortalecer la producción nacional. Sin embargo, la medida ya ha generado caídas en los mercados financieros, con importantes pérdidas en las acciones de empresas siderúrgicas surcoreanas como POSCO y Hyundai Steel.
El proteccionismo de Trump busca frenar la entrada de productos extranjeros baratos, argumentando que afectan la industria local y generan desempleo.
Sin embargo, también podría aumentar los costos para los fabricantes estadounidenses que dependen de materias primas importadas, encareciendo los productos finales y reduciendo la competitividad global. Trump apuesta por una política comercial proteccionista para fortalecer la manufactura en EE.UU., reducir el déficit comercial y consolidar su base electoral en estados industriales clave. También intenta presionar a países como México y China para renegociar acuerdos más favorables.
Sin embargo, esta estrategia podría desatar represalias y encarecer bienes de consumo, afectando la inflación y la estabilidad del mercado. Con estas medidas, Trump reaviva una política que ya aplicó en su primer mandato, pero cuya efectividad sigue en debate.
La gran incógnita es si esta postura impulsará el crecimiento industrial o si terminará debilitando la economía estadounidense …